Cuando apenas se está enfriando el ambiente tras la larga y algo tensa última jornada de la COP 27 que culminó con una ronda de negociación que comenzó el viernes 18 y terminó después de las tres de la mañana del domingo 20 de noviembre el Plan de Implementación Sharm- EL-Sheik vio la luz.
El documento en donde se han plasmado las conclusiones de la cumbre mundial alude en su capítulo XV a la agricultura y seguridad alimentarias, temas que este año han cobrado especial relevancia, cuando tras la guerra en Ucrania, las últimas catástrofes ambientales y las aún devastadoras consecuencias del covid 19, han aumentado el número de personas afectadas por hambre en todo el mundo del 8% en 2019 hasta una cifra récord del 9,8% en 2021, lo que equivale a alrededor de 830 millones de personas, según el informe “ El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022” de la ONU
Con este escenario como telón de fondo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO estuvo presente por primera vez en una COP como anfitriona de un Pabellón dedicado a la alimentación y agricultura en el que además participó el Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (CGIAR) y la Fundación Rockefeller, y ya se habían hecho anuncios importantes como el lanzamiento de un Plan 2023 para hacer más sostenible el sistema alimentario mundial, y demostrar que la industria alimentaria y la agricultura pueden alinearse con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
«Es muy necesario porque para el sector energético existen hojas de ruta claras que atrajeron a muchos inversores, pero para la agricultura no tenemos algo así«, dijo el Director Adjunto de la Organización para la Agricultura y la Alimentación, Zitouni Ould-Dada.
Y es que, si bien el sector agrícola y alimentario se ve profundamente afectado por el cambio climático y los conflictos bélicos también contribuye con cerca de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, desde la producción hasta el consumo
“No podemos continuar con el modelo actual de producir alimentos y luego degradar el suelo, disminuir la biodiversidad, afectar el medio ambiente. No. El modelo a seguir debe ser sostenible” declaraba hace unos días Zitouni Ould-Dada, director adjunto de la División de Clima y Medio Ambiente de la FAO.
El sistema alimentario se ve en la coyuntura de adaptarse o entrar en una crisis de la que no tenemos referente histórico “No podemos producir alimentos para nutrir a una población en crecimiento con el modelo actual, con la amenaza del cambio climático. No podemos” aseguró Zitouni Ould-Dada.
Sin embargo, este panorama puede mejorar si se toman las decisiones correctas, la agricultura puede ser una parte importante de la solución para combatir la crisis climática al secuestrar carbono en el suelo y las plantas, y promover la adaptación y la resiliencia.
De acuerdo a lo establecido en Plan de Implementación Sharm-EL-Sheik se espera comenzar con la descarbonificacion de manera gradual y haciendo una transición respetuosa, no obstante en este punto la Unión Europea no ha quedado conforme, al respecto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que lo acordado por la COP27 «marca un pequeño paso hacia la justicia climática», pero advirtió que «se necesita mucho más para el planeta» porque no se ha cumplido con el compromiso de los principales emisores del mundo de reducir gradualmente los combustibles fósiles, ni con los nuevos compromisos sobre la mitigación climática.
Recordemos que la agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra representan un 23% de las emisiones equivalentes de dióxido de carbono a la atmósfera (hasta 12 gigatoneladas al año), según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y el términos de mitigación América lleva la delantera, al menos así lo expusieron los representantes del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en donde expusieron que también la agricultura puede ser parte de la solución a los factores causantes de la crisis climática, y destacaron que el modo de producción en América viene fortaleciendo su sostenibilidad desde hace años, incorporando prácticas y tecnologías que tienden a un incremento sostenible de la producción de alimentos, y una reducción de su huella ambiental.
Pero en términos de colaborar con la crisis climática y la consecuente inseguridad alimentaria, todos tenemos una parte ¿Cómo lo hacemos? Comenzando por abordar el grave problema mundial del desperdicio de alimentos, culpable del 8% de las emisiones globales de gases, y en ese sentido el llamado es claro, y debe empezar por cada uno de los hogares del mundo.
Y esto, incluye no sólo a los 45.000 participantes de la COP 27 , si no a cada uno de los consumidores, productores, científicos y todos aquellos que ligados o no a la industria alimentaria hacen parte de esta larga cadena llamada humanidad.
Fuente: COP27 – FAST
Bibliografía: Estudio de la FAO, versión resumida de El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022