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Investigadores de CeBiB buscan degradar plásticos utilizando enzimas a partir de microorganismos extremófilos



El desarrollo de enzimas a partir de extremófilos extraídos del Desierto de Atacama, Antártica y Fosa de Atacama para la degradación de plásticos es el proyecto que se adjudicó fondos de “Proyectos Exploración” de ANID.

Según un informe de la OCDE, el mundo produce el doble de residuos plásticos que hace dos décadas y solo el 9% de ellos se recicla de manera exitosa. Una investigación liderada por el CeBiB podría ser una solución innovadora para abordar este problema global.

El Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) está investigando desarrollar enzimas a partir de extremófilos, con el objetivo de utilizarlas en la degradación de plásticos. El proyecto ha sido adjudicado y está siendo liderado por el Dr. Juan Asenjo y la Dra. Bárbara Andrews, ambos investigadores principales del CeBiB, quienes cuentan con una amplia experiencia en el cultivo de microorganismos extremófilos y en la producción de enzimas recombinantes.

Con este proyecto, el CeBiB se encuentra a la vanguardia en la investigación y desarrollo de soluciones innovadoras para la problemática de los residuos plásticos en el mundo.

El equipo de investigadores también cuenta con la participación de Diego Sandoval, estudiante de doctorado de CeBiB, quien tiene experiencia en el aislamiento de microorganismos extremófilos y análisis metagenómico; y Sebastián Rodríguez, Leonhard Ruh y Ana María Daza-Sánchez, quienes tienen experiencia en la expresión y caracterización de enzimas recombinantes, así como en las técnicas de biología molecular e ingeniería de proteínas.

Según el equipo, hasta la fecha se han identificado enzimas con capacidad de degradar plásticos, pero tienen limitaciones para su uso a escala industrial debido a su baja estabilidad y/o actividad catalítica.

Cuál es el desafío
Según el informe de la OCDE Global Plastics Outlook, el consumo de plástico se ha cuadruplicado en los últimos 30 años y su producción mundial se duplicó entre los años 2000 y 2019, ascendiendo a 460 millones de toneladas, lo que ha aumentado la generación de residuos plásticos en un 100%, llegando a las 353 millones de toneladas.

Además, el plástico representa el 3.4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Según datos entregados por la ONU en marzo de este año, para el 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la eliminación, uso y producción de plásticos representarán el 15% de las emisiones permitidas para lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.

El impacto del plástico en la vida marina también es significativo, con más de 800 especies marinas y costeras afectadas por este tipo de contaminación. Cada año, se estima que 11 millones de toneladas de residuos plásticos llegan a los océanos, y se proyecta que esta cifra podría triplicarse para el 2040.


Nos queda clara la tremenda necesidad de tratar de solucionar este inmenso problema para la humanidad hoy y en los próximos años. Parece que la única forma posible de llevar a cabo esta titánica tarea es a través de la biodegradación, encontrando en algún lugar del planeta enzimas que puedan llevar a cabo esta tarea” señaló la Dra. Bárbara Andrews, investigadora principal de CeBiB y una de las líderes del proyecto adjudicado.

Fuente: CeBiB







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