En Chile, las carreras del área de innovación, ciencia, tecnología e industria alimentaria, han tenido un nuevo auge, debido a los distintos campos en los que se pueden desempeñar los profesionales. Sus implicancias sociales, cada vez son más trascendentales en el desarrollo del país, como también las responsabilidades, el crecimiento exponencial de cada carrera, además de sus grandes proyecciones a niveles gubernamentales y privados.
Carrera de Biotecnología
Existe el caso de la carrera de Biotecnología, que se entiende según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, como la aplicación de la ciencia y la tecnología a los organismos vivos, así como a partes, productos o modelos de los mismos con el fin de alterar materiales vivos o inertes para proveer conocimientos, bienes y servicios.
Es tan amplia y antigua dicha profesión, que incluso se pueden encontrar distintos tipos de Biotecnología, como la que se dedica a la producción de alimentos, al desarrollo en el campo médico y la investigación biomédica. Otro se enfoca en la producción de biofertilizantes, biopesticidas, usos de bacterias, utilización de microorganismos para producir químicos o la biotecnología marina. Incluso la profesión se expande, sobre áreas como la acuicultura con la manipulación genética y el medio ambiente, con la mantención de la biodiversidad o para la eliminación de contaminantes, preservación de especies, uso de microorganismos, etc.
Rommy N. Zúñiga, profesor y director del Departamento de Biotecnología de la UTEM y Presidente de la Asociación de Ciencia y Tecnología de Alimentos – Sochital dijo que estudiar la carrera en Biotecnología “es una muy buena decisión, ya que es una carrera en la cual se combinan de excelente forma, los conocimientos de ciencias biológicas con los de las ciencias de la ingeniería, para formar un profesional que aporte con soluciones innovadoras y sostenibles a problemas complejos, que requieren de un enfoque multidisciplinario para su solución. Los profesionales titulados, tienen las competencias para insertarse en el ámbito de la producción, investigación, desarrollo, innovación de procesos y productos biotecnológicos, en áreas como la alimentaria, ambiental, farmacéutica y médica”.
Con respecto a los aportes sociales de la carrera y al campo laboral, Zúñiga destacó que “la carrera es social, ya que la mayoría de los procesos biotecnológicos, apuntan a minimizar el uso de productos químicos contaminantes, a la remediación de suelos, aguas y aire, utilización de residuos para lograr una economía circular, desarrollo de fármacos y/o vacunas, procesos que tienen directo impacto en la población«.
El Ingeniero en Biotecnología, está capacitado para desarrollarse como investigador en las diferentes áreas (ingeniería genética, microbiología, Biotecnología ambiental, entre otras), participando de la creación o mejora de productos y servicios basados en la Biotecnología y gestión de industrias biotecnológicas. Las empresas de corte biotecnológico, se caracterizan por la innovación, emprendimientos de base científica y por la sostenibilidad de sus procesos, por lo que se requieren profesionales que aporten a estas características y al desarrollo del país desde los procesos biotecnológicos. Los Ingenieros también podrán ser parte de empresas de consultoría o evaluadoras, participando en proyectos sociales, económicos y medioambientales”.
Los jóvenes interesados en Biotecnología, deben saber que la carrera ha tenido una evolución impresionante y está directamente relacionada al avance y desarrollo de la humanidad. Para tener una idea, en el año 1919 el agrónomo Karl Ereky estableció una definición de lo que se conocería como Biotecnología, para que luego en 1928 el bacteriólogo Alexander Fleming, descubriera el uso del antibiótico penicilina. 14 años más tarde, el científico Oswald Theodore Avery descubre que el ADN es el portador de los genes, para que luego en 10 años, los biólogos James Watson y Francis Crick describieran la doble hélice del ADN.
Otros de los hitos relevantes fue en 1969, ya que por primera vez en la historia, una enzima fue sintetizada in vitro y en 1983 se presentó la primera planta (tabaco), genéticamente modificada. 14 años después, un grupo de científicos presentan al mundo la oveja Dolly, el primero clon de un mamífero. Un año después, se creó un borrador del mapa del genoma humano, que ubica más de 30.000 genes.
Ya en el 2010 investigadores del Instituto J. Craig Venter, crearon la primera célula sintética y dos años después, luego de múltiples pruebas, surge el primero Ojo Biónico en EE.UU. dando esperanza a no videntes de todo el mundo.
El año 2020, las innovaciones en Biotecnología siguen liderando la lucha contra la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.
Carrera de Ingeniería en Alimentos
Por otra parte, la carrera de Ingeniería en Alimentos, ha ganado gran terreno en la escena nacional desde la década del 50. No menor es su rol principal, que implica alimentar a Chile en todo el proceso de la cadena alimentaria, vale decir, desde que llega la materia prima, su posterior trabajo, diseño de alimentos, producción, procesamiento e incluso, llegar hasta después de entregado el producto al cliente final.
Dicha profesión goza de una nutrida malla curricular, ya que al ser una ingeniería del área biológica, tiene como ramos base, cursos del área de matemática, física, química y bioquímica, los cuales entregan los cimientos para ramos posteriores del área ingeniería, procesamientos y diseño de alimentos. Cabe destacar que al estudiar esta ingeniería, el alumno aprenderá no sólo de alimentos, sino fabricación y conservación de ellos, así como también, el mejor uso de materias primas.
Según comentó David Mora, Ingeniero de Alimentos de la PUCV e Ingeniero Civil Industrial de la Universidad Mayor y Presidente del Colegio de Ingenieros Alimentos de Chile – Ciach “el campo laboral para un ingeniero en alimentos es muy variado, se puede desempeñar en el ámbito público, privado o emprender, lo principal es que el joven tenga claro su perfil profesional y sus potencialidades. Así el campo laboral sabrá los ahorros que puede generar este ingeniero, en la toma de decisiones en puestos claves, tanto en la industria de alimentos, como en el aparato gubernamental”.
Consultado sobre las proyecciones más relevantes, el ingeniero destacó que “es una profesión que se entiende como necesidad país, con los ingenieros de alimentos el país dispone de profesionales capaces de generar valor a la producción de MMPP, base de la economía de un país en desarrollo, para pasar a un país desarrollado y los procesos involucrados, ahí está el valor de los ingenieros y la proyección de este profesional”.
En esta misma línea, el docente universitario Rommy N. Zúñiga, expresó su visión con respecto al gran desempeño que pueden tener estos futuros ingenieros, del área alimentos y que se fundamenta en que los egresados salen preparados para trabajar no sólo en empresas procesadoras de alimentos e ingredientes alimentarios, sino que también pueden desempeñarse como gestores de calidad, en diferentes empresas relacionadas al rubro alimentario. Pueden trabajar en instituciones gubernamentales que estén relacionadas a la temática (ACHIPIA, SAG, ODEPA, etc.), ahora bien, hay proyecciones que van más allá incluso, y que según el director del Departamento de Biotecnología UTEM, “la pandemia nos impuso cambios en los paradigmas y llegaron nuevas oportunidades de desarrollar productos propios, mediante algún emprendimiento con base científico-tecnológica y poder innovar en el rubro alimentario, siendo al mismo tiempo el propio jefe, es algo altamente atractivo con lo que pueden proyectarse quienes quieran estudiar la carrera de Ingeniería en Alimentos”.
Otras de las casas universitarias que imparte esta ingeniería, es la Universidad de Chile, específicamente el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química, de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéutica. En ese sentido, Lilian Abugoch, Prof. Asociado (O), expuso que si el futuro profesional es una persona interesada en velar por la forma en cómo se alimenta la gente, a través de la carrea puede entrar en el proceso productivo y ser parte de la cadena responsable que llega a los consumidores con alimentos, ingredientes, bebidas saludables, etc. “Entonces la Ingeniería en Alimentos es una carrera que tiene muy grandes proyecciones, las que permiten tener una capacidad analítica de abstracción orientada en los alimentos. Se estudia bioquímica de alimentos, química de los alimentos, propiedades físicas y químicas, ingeniería de procesos de conservación por altas y por bajas temperaturas. También innovación, desarrollo y conservación de alimentos, como también las tecnologías de cereales, productos lácteos y del mar tan relevantes para Chile; productos de fermentación como las cervezas por ejemplo. También se profundiza en lo que es gestión de calidad y gestión administrativa, lo cual permite una formación muy amplia”.
Con respecto a los aportes sociales, la profesional de la Universidad de Chile, consideró relevante el impacto que tienen estas carreras, en la mejora de la salud de la población, controlando e innovando en los procesos productivos, para asegurar una elaboración de alimentos óptima, saludable e inocua. “Llegar a desarrollar nuevos y variados alimentos con distintas categorías para un amplio grupo de consumidores , incluso el profesional puede ser un colaborador en lo que respecta a educación alimenticia«.
Como se ha dicho en reiteradas ocasiones durante este escrito, la labor de quienes ejercen tanto la Biotecnología, como la Ingeniería en Alimentos, ha sido tan relevante en la escena nacional, que es de suma urgencia darlo a conocer, más aún estando en conocimiento, que todos esos trabajos repercuten directamente en la evolución de la raza humana, incidiendo en la salud de las personas y el medio ambiente.
Apoyo a los emprendedores
Los jóvenes que quieran dedicarse a estas profesiones, cuentan además con un excelente respaldo del quehacer que lleva a cabo CeTA, un centro de tecnología e innovación, que apoya a los distintos actores del ecosistema de la industria alimentaria. Cuentan con equipamiento y con un equipo técnico especializado, que permite abordar los requerimientos de los clientes, que pueden ser: universidades, emprendedores, pequeños y grandes empresarios. Apoyan en el desarrollo y formulación de nuevos ingredientes o productos y en su proceso de pilotaje y escalamiento semi-industrial, para que puedan llegar a mercado de manera exitosa.
María Fernanda Faúndez, Encargada de Vinculación de CeTA, comentó que “apoyamos a emprendedores que llegan con una idea o concepto de potencial desarrollo de un producto; donde parte del equipo del CeTA, trabaja en la formulación de un prototipo, productos y envases, que cumplan con las especificaciones deseadas, etiquetado y regulaciones.
Luego que esta desarrollado el prototipo de un producto, en base a los requerimientos y objetivo de un cliente; podemos pasar al pilotaje, donde se llevan a cabo producciones a pequeña escala, ya contando con las especificaciones del producto y prototipos definitivos. Esto se realiza con los equipos adecuados, dentro de los Centros de Innovación Tecnológico, permitiendo evaluar procesos y equipamientos necesarios, para la próxima etapa, que es el escalamiento semi industrial, donde se realizan producciones comercializables, con resolución sanitaria, a pequeña escala, orientados a clientes, que no cuenten con capacidades productivas”.
Cabe destacar que CeTA, cuenta con tres Centros de Innovación ubicados en zonas estratégicas del país (Coquimbo, Santiago y Temuco), que buscan dinamizar la matriz alimentaria y descentralizar la innovación. El Centro de Innovación Norte se ubica al interior de la planta de Orizon, en el sector de la Pampilla. El Centro de Innovación Centro, se ubica en el Parque Tecnológico Laguna Carén (Pudahuel, Región Metropolitana) y responde a las necesidades de la producción de alimentos en la zona central de Chile.
Y el Centro de Innovación Sur, se ubica en el Instituto de Agroindustria de la Universidad de La Frontera (Temuco). Su ubicación estratégica en la región de La Araucanía, permite ofrecer a la industria alimentaria de la zona sur, prototipar, pilotear y escalar las innovaciones en alimentos de regiones, que tienen un enorme potencial productivo, agregando valor a materias primas agrícolas y subproductos.
Apoyo de las universidades – Proyectos VIU (Valorización de la Investigación en la Universidad)
Entrevista a el Dr. Ricardo Villalobos, profesor guía del Fondo VIU.
https://unlugardencuentro.com/sochital/fondos-viu/
Diseñar los alimentos del futuro
Palabras de motivación y desafíos para nuevos alumnos
Rommy N. Zúñiga, contó que es altamente desafiante y muy motivador “conocer sobre lo que comemos, cómo se producen los alimentos y las tecnologías empleadas para su fabricación. Se genera una pasión en los alumnos de la carrera y cada vez quieren saber más de todo lo que rodea al mundo de los alimentos. Además, como sabemos que la alimentación influye directamente sobre la salud de la población, la carrera tiene un mayor atractivo, ya que los Ingenieros en Alimentos son los llamados a diseñar los alimentos del futuro, que sean ricos, nutritivos y saludables«.
Por su parte, David Mora, dijo que “lo más motivante, es que un ingeniero de alimentos es un profesional capaz de dar solución, a necesidades del país, con procesos sustentables, de menor costo y cada vez más disponibles para las poblaciones vulnerables”.
Ahora bien, sobre los desafíos que los nuevos empresarios del rubro alimentos, deberían tener en consideración, María Fernanda Faúndez, Encargada de Vinculación de CeTA agregó que deben “entender correctamente las necesidades del mercado. Actualmente, existen diversas tendencias de la industria alimenticia asociadas a una cambio en la sociedad y a sus consumidores. Las personas están mucho más conscientes de lo que comen y el impacto que genera en el medio ambiente cada uno de los alimentos. Además uno de los principales errores que vemos como centro, es que existen muchos emprendedores que son capaces de desarrollar productos a escala de laboratorio, o en un número de unidades reducidas. Sin embargo, hay una diferencia enorme, cuando los procesos tienen que ser escalados y llevados a lotes de producción. Considerando esto, creemos que uno de los desafíos está en entender muy bien el modelo de negocios, conociendo quienes son los socios claves, que permitirán producir este tipo de productos, (maquiladores, proveedores de materias primas)».
JÓVENES Y CASOS DE ÉXITO DE LA INDISTRIA ALIMENTARIA
– Yarí Millenary – Bebida energizante
Yarí Drink
Caá Yarí Mate es el nombre del emprendimiento de dos jóvenes que, apoyados por el CeTA, lanzaron al mercado una energética que obtiene cafeína de granos de café verdes, yerba mate y guaraná. Además cuenta con aporte de vitaminas y sales minerales. Su formulación libre de taurina, preservantes y endulzantes artificiales, la califica como una bebida con etiquetado limpio. Tiene versiones con y sin azúcar.
– Yujoes – algas crujientes
Seaweed Place
Yujoes es un snack rústico saludable a base de maíz y cochayuyo extruido.
Es una excelente fuente de fibra dietética, buena fuente de magnesio, hierro, calcio. Contiene 12% de betaglucanos, polisacáridos beneficiosos para la microbiota intestinal y el sistema inmune, y cuyo aporte de fibra contribuye a regular la glucemia y los niveles de lípidos plasmáticos, como el colesterol.
Está disponible en sabores a queso, merkén y pesto.
– Barley Cereal para el desayuno
Inversiones Haeble SpA
Barley es un cereal saludable para el desayuno con sabor a dulce de leche cuyo principal ingrediente es el bagazo de cebada, excedente que proviene de la producción de cerveza, lo que hace de este alimento un ejemplo de la tendencia mundial del upcycling food.
Endulzado con stevia, con propiedades saludables, sin azúcar añadida y sin sellos de advertencia, este alimento permite crear una economía circular con los descartes de cebada empleados para fabricar la cerveza Triunfo, perteneciente a la misma empresa.
– NutriPop – snack vegano y de economía circular
Verax SpA
NutriPop es un snack extruido para consumidores infantiles saludable, vegano y sin sellos de advertencia asociados a nutrientes críticos hecho a base de legumbres, plantas, frutos locales y fibra de manzana proveniente de descartes de procesos agroindustriales. Este coproducto de la agroindustria le otorga al producto final un componente de economía circular.
CeTA trabajó en el desarrollo del prototipo y pilotaje de tres sabores del snack: chocolate, frambuesa y queso; y realizó las validaciones productiva, de inocuidad, nutricional y sensorial, y el diseño de un envase sostenible.